El sexismo y acoso sexual es un tema país, regional y global que también debe ser abordado por las empresas, que tienen una responsabilidad inminente en cómo se entiende y construye una sociedad más positiva, equitativa e inclusiva.

Debe buscar poner fin a los estereotipos clásicos de la comunicación, a la estigmatización o mitos sobre los que se montan las industrias culturales, publicitarias y del entretenimiento. La mujer, al menos en nuestro continente, ha tenido históricamente un papel de reparto que la ha relegado a cuatro tipos de roles: objeto de deseo de refinado salvajismo, devota madre de familia, personal doméstico o la que necesita asistencia porque “no puede hacer algo”. Hay poco de la mujer heroica que lucha a diario en un sinfín de ámbitos, en un continente pobre y con procesos permanentes de violencia.

Las marcas pueden contribuir a empoderar a las mujeres echando luz sobre aquellos aspectos que suelen ser dejados de lado. Es momento de usar data e inteligencia artificial para entenderla profundamente y no solo para lograr que compre más. 

De acuerdo al Banco Mundial, la presencia de la mujer en el mercado laboral durante la última década ha contribuido a reducir la pobreza extrema que, de lo contrario, hubiera sido un 30% más alta. Las mujeres son el mayor sector emergente del planeta: representan el 51% del mercado y realizan el 80% de las compras. Sus decisiones, lejos de reducirse a categorías estrictamente de “hogar”, como limpieza y alimentos, abarcan todas las que conciernen al resto de la familia (como viajes).

Es tiempo de las “future brands”: marcas capaces de construir un vínculo emocional con sus audiencias, atentas a los cambios de época y a las tendencias, aportando positivamente a la sociedad.

Sebastien Leroux

Director Ejecutivo FutureBrand Chile.

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