Luego de dos accidentes, errores de empresa y una prohibición para volar, no será tan fácil para las personas olvidar el nombre de Boeing 737 Max. La marca está al tanto de esta grave situación, por lo que plantean cambiar el nombre de la misma para recuperar la confianza de sus pasajeros.
Greg Smith, director financiero de la compañía, fue el mismo que admitió que esta podría ser una posibilidad para la aerolínea durante una entrevista a Bloomberg, además de explicar que harán todo lo que esté en sus manos para salvarla.
Para la empresa, los costos de esta crisis son de 1,000 millones de dólares como mínimo, dejándolos con una caída de un 20% por debajo del valor que tenían antes del segundo accidente en marzo 2019 y no obstante, a todo esto se le suma la paralización de ventas de ese modelo, el cual representa un 30% de sus beneficios netos.
Aunque todavía no se tenga la certeza de un cambio de nombre, es un hecho de que muchos viajeros no estarán dispuestos a subirse nuevamente a este tipo de aeronaves. Según Bloomberg, ha habido varios conatos de motín en vuelos donde los pasajeros han pensando de que se trata de un 737 Max, a pesar de no ser así.
Los expertos dicen que, aunque se haga esta medida tan drástica, la empresa solo comenzará a mejorar luego de un año sin incidentes, una vez volando en los cielos.